Beatriz, una mujer atormentada por toda clase de supersticiones, pide a una adivinadora que le lea los posos del café. La adivinadora le comunica que solo le queda una semana de vida. La muerte anunciada de Beatriz le obliga a pensar en su marido; piensa que no es lo suficientemente espabilado para buscar una mujer que le convenga, y ante estas dudas decide buscarla ella antes de fallecer. Beatriz busca la ayuda de Toño, su hermano, y entre los dos encuentran una chica para trabajar en las labores de casa, con la intención de que Nando se fije en ella y surja el amor. Los celos se desatan; Beatriz no puede soportar ver a Nando y a la criada juntos, con lo cual sus buenas intenciones se van al traste mientras los espectadores van de carcajada en carcajada.