Demuestra una vez más que los hijos, padres y abuelos tienen una visión de la vida muy distinta. La abuela no soporta que los hijos ahora (según ella) no estén bien educados, y echa en cara a su hija y a su yerno lo mal que los educan. Los jóvenes exigen libertades, derechos, dinero, pero a cambio no aportan nada, lo cual irrita a su familia. Dicha familia no es precisamente un remanso de paz; lo que hacen es una lucha generacional en donde nadie se pone de acuerdo. Pero queda patente que la generación que va a ganar es la de ahora, porque, según la abuela, "son muy listos". Las situaciones nos hacen reír, aunque, si se piensa bien, también podríamos llorar por la cara tan dura que tienen.