Y de pronto, el día que menos te lo esperas, todo comienza
a complicarse y necesitas que alguien te ayude a solucionar
asuntos pendientes de poca monta que te quitan el sueño.
Decides visitar al juez de paz y en cuanto entras en su despacho
te das cuenta que, lejos de encontrar una solución, según va
pasando el tiempo todo se complica cada vez más.