En la aldea, y rodeado de vecinos que lo aprecian, vive Pin, quien siente una gran añoranza por las historias de Supermán que leía de rapacín.
Viendo que en su entorno se suceden las injusticias y los problemas, decide tomar como modelo a su héroe y ayudar a sus vecinos. Lo malo es que sus buenas intenciones no siempre son comprendidas ni la gente agradece su ayuda, haciendo bueno aquel refrán que dice: "Quien se mete a redentor... siempre sale sacrificado"