28 / 08 / 2020
Don Cipriano se hace protagonista
obra creada a partir de un personaje de otro trabajo, normalmente secundario, se le denomina con el término anglosajón spin-off. Un ejemplo, posiblemente el primer caso en el teatro costumbrista asturiano, es la obra "Cipriano, un cura de pueblo", que rescata a este personaje de dos obras anteriores dirigidas por José Ramón Oliva bajo los títulos "Tú, yo... y el vecín" y "L´efeutu caparina".
Oliva es el autor, director e intérprete del propio Cipriano en una obra más del grupo de teatro "Carbayín", que por segunda vez actuó en la XXX edición del Salón de Teatro Costumbrista Asturiano de Candás, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA.
La obra narra los últimos días como cura de Carbayín de un sacerdote que pierde la memoria con enorme facilidad creando situaciones cómicas y malos entendidos. La llegada de una nueva empleada a su casa, nieta de la anterior que le tenía tomados todos los puntos, junto al conflicto creado por unas obras en la iglesia, provocan una serie de situaciones que se agravan con la visita de un arzobispo que, con pocos escrúpulos, desencadena un final inevitable para la vida laboral del cura.
El toque personal e identitario del grupo "Carbayín" convierte esta obra en un trabajo original, construido como un puzle, escena a escena, como las piezas que, a vista del público, modifican la escenografía más adecuada al texto. La música y la iluminación son elementos que forman parte del desarrollo de la acción.
El reconocible personaje de don Cipriano tiene el carisma que le da el propio Oliva aportándole los elementos necesarios para ganarse al pública. Crea simpatía, humor y ternura en similares dosis. Susana Menéndez está impecable en su papel de trabajadora en la casa del cura. Con su interpretación de Telva recorre un camino de emociones tan dispares que roza a excelencia. Extraordinario también el papel de una enérgica y contundente Mabel Calvo que se pone en el papel de una mujer con verbo fácil y sin contención que consigue, desde el confesionario, un trabajo a su hijo que conectará, no sin alguna dificultad, con la joven Telva. Nacho Fernández, el actor que más veces está actuando en este salón, asume esta vez el papel de un arzobispo agrandado e insistente que va consiguiendo sus objetivos. La actuación de Alberto Ramos es también sobresaliente. Se echaba de menos en el certamen a este actor que se come el escenario y clava a la perfección los matices de cada personaje que interpreta. En esta ocasión, al obrero que ejecuta una obra en la iglesia de don Cipriano y encuentra la felicidad.
Esta noche, a partir de las once, le toca el turno al grupo de teatro "Valdesoto" con el estreno de la obra "Un negocio de cuidáu", de José Ramón Oliva. Cristina Palacio y Nacho Fernández protagonizan esta función, dirigida por Pepín García en la que también interviene junto a Marina García, Elena Villa, Alejandro Cueto, Jorge Vigil y Alba Fernández.