21 / 08 / 2020
Agradable reencuentro en el Prendes
Los reencuentros siempre son agradables cuando coincides en lugares donde estás a gusto, a donde quieres volver. Esto ocurre cada mes de agosto en el Prendes de Candás cuando abre el Salón de Teatro Costumbrista Asturiano, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA y que este año cumple su trigésima edición. Los saludos de este año incluyen el interés por la situación motivada por la pandemia y aunque queda por coincidir con mucha gente, porque este primer día te sientes casi como un autómata por las medidas exigidas, te alegras de volver a ver al personal del teatro, al público que repite y al nuevo que no identificas.
La prueba del primer día puso de manifiesto que las artes escénicas y la cultura en general están a la altura de las circunstancias como lo estuvo durante el estado de alarma cuando su gente nos regaló talento y nos hizo la vida más llevadera. Y en este caso la organización del Prendes tiene todo al milímetro para que el público se sienta seguro y disfrute del teatro.
La primera sesión del salón corrió a cargo de la compañía de Carmen López, actriz que dirige, escribe y protagoniza las obras que representa el grupo que cree no hace mucho la intérprete de La Felguera. En esta ocasión pusieron en escena la comedia "Puntéme al fisbur" en la que López actúa junto a Quillo Coto, Verónica Amieva y José Capel.
Carmen López interpreta a una viuda de cierta edad que se inicia en las redes sociales con la idea de encontrar pareja, algo descabellado para una amiga a la que le explica cómo el futuro de las relaciones gira en torno a Internet. Algo parecido le ocurre a Sidoro, el personaje masculino con el que se repite el mismo esquema y se inicia la trama. Ambos tienen una cita a ciegas con un final que resulta previsible con demasiada antelación.
La obra hace uso del humor lingüístico pronunciando mal y de forma muy personal los términos que rodean a la nueva tecnología y las herramientas digitales. También hacen equívocos con palabras mientras crean otras sin demasiado acierto. Hay publicados varios trabajos sobre la utilización del humor en el estudio de la lengua. Uno de ellos está firmado en la Facultad de Filología de la Universidad de Alicante y bajo el título "La lingüística a través del humor: propuestas didácticas" presenta una serie de ejemplos de cómo podemos explotar chistes, juegos de palabras y otras muestras del humor verbal para exponer contenidos de las asignaturas lingüísticas, entre otros objetivos. Interesante comprobar que escuchando un chiste o asistiendo a una representación teatral humorística el receptor puede llegar a una reflexión metalingüística acerca de la estructura y el funcionamiento del sistema lingüístico.
Dice el estudio que el formato de discurso humorístico se presenta como idóneo para favorecer la comprensión y el aprendizaje de conceptos a menudo muy abstractos en un contexto distendido y motivador. Interesante el estudio, aunque en este caso sería difícil aplicarlo. Los golpes de humor no resultan lo contundentes que se espera de una comedia. Además, cuando la trama queda resuelta, la acción se alarga sin necesidad. Un virtual viaje a París de los protagonistas justifica "con pinzas" un cancán que se bailó en el escenario con la alegría comunicativa que representa el mito de las noches parisinas. El salón, acoge a las once de esta noche, el reestreno de "Doña Josefa", de Eladio Verde y puesta en escena por el grupo de teatro "La cruz de Ceares", de Gijón. Se trata de una adaptación de un clásico, estrenado en 1954, que dirige Ana Rosa Ordiz.