Dos niños de unos once años se enfrentan con violencia en un parque. Labios hinchados y algún diente roto…. Los padres de la “víctima” han invitado a su casa a los padres del “matón” para resolver el conflicto. Lo que comienza siendo una charla con bromas y frases cordiales, adquiere un tinte más violento a medida que los padres van revelando sus ridículas contradicciones y grotescos prejuicios sociales. En ‘Un dios salvaje’, su autora nos invita a entrar en el hogar de los Reville para ser testigos del enfrentamiento (verbal) entre dos familias a causa de una pelea infantil entre sus respectivos hijos. Los dos críos han tenido una pequeña riña que han solucionado como muchos individuos de su edad, es decir, a hostias. Pero para ser más exactos, aquí estaríamos hablando de una sola hostia, la que el hijo de los Moris le propina con un palo al hijo de los Reville. ¿Consecuencia? Un buen moratón y uno o dos dientes rotos. Los padres, como gente civilizada que son (¡ja!), se reúnen para resolver la disputa.
Y aunque al principio todo es cortesía y buenos modales, poco a poco la reunión se irá ‘calentando’ y volviéndose más tensa. Las parejas empezarán a tirarse los trastos a la cabeza sin reparo alguno e incluso no tendrán remilgos en sacar los trapos sucios de sus respectivos matrimonios. Aquí no hay ni buenos ni malos, amigos. Ni tan siquiera vencedores y vencidos. Sólo cuatro adultos que se enzarzan en una calurosa discusión que va desvariando más y más a medida que ésta se va alargando innecesariamente.
CUADRO ARTISTICO:
VERONICA: Carmen Sandoval / Nati Fernández
ANA: Geni García
MIGUEL: Javier García Bedriñana
ALAN: José Luis Campa
CUADRO TECNICO:
Diseño de Iluminación: Pilar Velasco
Iluminación y sonido en gira: Alberto Ortiz y Mª José Miyar
Escenografía y Vestuario : Teatro Contraste
Fotografía: Pepe Heredia
Diseño de Publicidad: David García Torrado
Videomontaje: Producciones Fernando Cruz
DIRECCIÓN: CRISTINA SUÁREZ