Alain Fernández rompió la costumbre de presentar en off la obra de la noche para salir al escenario y anunciar que el coliseo candasín tenía el aforo completo, lo que provocó un sonoro aplauso. El primero de muchos que llegarían después. También sentenció que Valdesoto es ejemplar, un término que aunque haga referencia al galardón que no acaba de conseguir el pueblo sierense reúne evidencias más que suficientes. Valdesoto lleva siendo ejemplar desde hace tiempo y este viernes lo demostró una vez más respaldando a su compañía en las butacas y llevando a Candás todo un ejemplo del que se deben sentir orgullosos.
"Torbolín" es el título de la obra que estrenó la compañía. En un pueblo asturiano, donde la despoblación hace mella, la tranquilidad de sus vecinos se ve ada por la llegada de una joven cubana, lo que resulta todo un torbellino. Pachu y su hija Milina tratan de mitigar la angustiosa soledad de su vecino Pin ayudándole en todo lo que precisa, aunque la llegada de Carmen, una exuberante mujer que empezará a trabajar en su casa, todo lo cambia. También aparece en escena la pequeña Julia, que se deja caer en casa de Pin muy a menudo para pedirle una moneda. Un inocente joven, agente de la Guardia Civil, interviene además en la historia más pendiente de resolver otros problemas que los verdaderos conflictos que atenazan al pueblo y a sus vecinos. Y es que una herencia, que podría cambiar el rumbo en la vida de Pin, pone en jaque a todos los personajes.
Temas como el problema de la despoblación rural, la angustia por sentirse solo, la añoranza del pasado, la amistad y la buena vecindad se dan cita en esta comedia que tiene todos los elementos para la diversión y la emoción.
Nacho Fernández interpreta a Pachu, el vecino y amigo de Pin con el que no tarda en rivalizar cuando tratan de conquistar a la cubana que supone el mejor aliciente en mucho tiempo. El actor nos regala un trabajo lleno de matices y consigue arrancarnos carcajadas permanentes a lo largo de toda la obra. Tiene dotes innatos para la comedia, pero construye cada personaje con un matiz distinto a golpe de talento interpretativo. También Pepín García, en el papel de Pin, nos regala a un gran protagonista. Emocional y con una fuerza arrolladora, el actor resulta impecable en su trabajo. Nacho y Pepín nos regalan escenas tan divertidas que el público no dejó de reír y aplaudir. Son una pareja cómica de categoría.
Cristina Palacio cambia esta vez de registro y nos sorprende interpretando a la cubana que trastoca la vida tranquila de Pin y Pachu. En la actriz brota el talento y clava el personaje con una explosión de energía que contagia. Una vez más, Alejandro Cueto hizo un personaje tan divertido y característico que no dejó indiferente a nadie. Cada año sorprende y se consolida como actor. También gustó Cristina García, en el papel de Milita, que actuó por primera vez con el grupo "Valdesoto" y lo hizo con gran soltura para la comedia. Además, el papel de Julia lo interpretó la pequeña Alba Fernández que tiene cada vez más escenas en las obras de la compañía y aporta ternura en sus intervenciones.
Emocionó la gran ovación que recibió "Valdesoto" al término de la obra, con fuertes aplausos, gente en pie y celebrando que había asistido a una gran comedia, original e impecablemente puesta en escena. Ejemplares como su pueblo.