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«El teatro te quita muchas cosas pero crea adicción. Para nosotros es pura vida»

Si le preguntas a cualquier actor por el teatro, posiblemente su rostro se ilumine y se le dibuje una sonrisa de oreja a oreja. Si le preguntas por el teatro a actores que llevan toda su vida sobre las tablas, seguramente, junto a esta sensación, experimenten también el deseo de recordar todo lo vivido. Así le ocurre a la centenaria Compañía Asturiana de Comedias, para la que el teatro es más que memorizar papeles e interpretar personajes. «Es pura vida», como ellos mismos afirman.

Sus once integrantes se denominan a sí mismos «amateurs», debido a que compaginan los ensayos con sus trabajos y demás labores del día a día: «Ensayamos dos veces a la semana, dos horas. Lo más complicado es ponernos todos de acuerdo, porque, cuando uno puede, el otro no», cuenta el actor Armando Felgueroso. Pero esto no les quita las ganas de ponerse manos a la obra y meterse en ese mundo análogo al que te transporta la actuación. «Es una forma de evadirte del mundo y meterte en una vida paralela. De vivir otras vidas», confirman Belén Sánchez y Lluis Antón. Sin embargo, además de tiempo para la actuación, entre ensayo y ensayo, también encuentran momentos para recordar a los que ya no están: los fundadores de la compañía, Arsenio González Álvarez y Manuel Aller "Puloli". Siempre presentes en cada actuación y en la pared del local de ensayo, donde cuelgan dos retratos suyos y un enmarcado cartel de la obra "Les fiestes de guardar", que «fue representada con el apoyo de la Asociación Española contra el Cáncer», expone Norberto Sánchez, uno de los actores más jóvenes, con Marta Casas y Rocío Quintana.

Junto a Arsenio González y "Puloli", las actrices Pilar Ibaseta y Josefina García, con más de 70 años de carrera teatral a sus espaldas, comenzaron a rodar por los escenarios asturianos, cubanos y puertorriqueños con la compañía: «En el 86, al principio de la segunda etapa de la compañía, éramos cinco actores, después llegaron más», recuerdan las dos, mostrando la gran complicidad que solo una larga trayectoria de amistad sobre las tablas puede darles. «Algunos nos han ido dejando», se lamenta Ibaseta, «hasta que Sergio [Buelga, director] tomó el mando». Un timón que él mismo admite haber cogido «sin querer», pero del que está «completamente agradecido». Su propósito durante este tiempo «siempre ha sido crear obras corales, en las que todos los personajes intervengan lo mismo y tengan una importancia similar». Aunque «es complicado compaginarlo con el trabajo, porque dirigir lleva mucho tiempo», admite. Sin embargo, siguen llevando la alegría a los teatros y a su público. Este fin de semana lo harán en el Jovellanos con "¡Milagru!". Algo que supone «una gran responsabilidad, porque el público del Jovellanos es muy teatero», pero que afrontarán con «ilusión, nervios» y alguna que otra discusión. Pero, como resume Mar Buelga, «¿en qué familia no se riñe?».  

(Diario El Comercio: Lucía López Pérez)

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