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DOLFO CAMILO DÍAZ

 Lunes, 4 abril 2022, 08:49

Del 25 al 27 de Marzo, el Teatru la Lechera de Cancienes acogió una numerosa y representativa (kdda) teatrera organizada por el Ayuntamiento de Corvera en colaboración con FETEAS, destinada a analizar eso que los estudiosos reconocen como Teatru Popular Asturianu gran contenedor conceptual en el que se incluyen el Teatru Ritual (o etnoteatro) representado por les Mascaraes que todavía perviven en Asturies (en algún caso completadas con comedies como las de Sidros de Siero: pura commedia dell arte), el monólogo tradicional (o cómo los hijos de juglares y bufones siguen haciéndonos reír... y pensar) y el teatro costumbrista (el salto de un teatro oral a un teatro de texto que sigue triunfando en Asturies, desde el Siglo XIX hasta la actualidad, como el Salón de Teatro Costumbrista de Candás se encarga de demostrar cada temporada).

A lo largo de esos tres intensos días hubo encuentros y reencuentros y, circunstancialmente, algún que otro desencuentro, que no deja de ser parte consustancial de una manifestación viva y dinámica como es el teatru popular asturianu. El director general de Patrimonio y el alcalde de Corvera abrieron las jornadas mimetizados en el hermoso decorado que la Cía de Teatru de Valdesoto había instalado en las tablas del teatro de Cancienes. Ambos, saludaron a los presentes y apoyaron sin reservas ese logro cultural.

Xosé Ramón Iglesias, de la Academia de la Llingua, se centró en el Teatro Costumbrista, historiando los epígonos de una forma de entender el teatro que bebe de los discursos escénicos que Pachín de Melás o Pedro Granda, entre otros, venían elaborando desde hacía más de un siglo. Laura Iglesia, la demiurga de Higiénico Papel, compartió experiencia como teatrera y como espectadora y presentó a Boni Ortiz (excelente ponencia sobre Felipe Villa, el alma progresista y comprometida que anidaba en el teatro asturiano en los años 30), a Manuel Valiente (que con mirada radicalmente filosófica se introdujo en las claves ontológicas de un teatro que reclama identitario) y a Andrés Presumido (superviviente del Covidy del teatro en todas sus formas, entre otras la que representa el teatro costumbrista con créditos memorables como Les llinguateres, una de las piezas más representadas del teatro asturiano de todos los tiempos. Culminamos esa jornada con el Grupu de Teatru San Félix de Valdesoto y uno de los mejores montajes de la temporada: Rufa, una propuesta arriesgada, que une drama y comedia, excelentemente escrita e interpretada, que emocionó al público.

El sábado este firmante, organizador pero, fundamentalmente estudioso del Teatru Popular Asturianu compartió unas cuantas reflexiones sobre la necesidad de hacer evolucionar el viejo teatro de costumbres asturianas , de llenar de realismo nuestra escena, apelando al humor y al deshumor; de tratar con inteligencia y sensibilidad al respetable, aproximándose a la lengua hablada lo más posible, huyendo de hiperasturianismos, obligándonos a formarnos/informarnos para poder entretener al espectador desde el respeto... E irrumpieron tres excelentes especialistas: Manuel Palomino (autor de un diccionario de la escena asturiana, que es un auténtico vademécum entre otras muchas obras que analizó públicos), Antón Caamaño (actor, director y autor de una excelente tesis sobre el teatro asturiano que pudo presentar en llingua... en Galicia) y Carlos Alba, Cellero (otro genio de la escena que ha desarrollado alguno de los mejores estudios sobre el monologuismo asturiano y que creó sana polémica contraponiendo teatro popular a teatro burgués).

La tarde siguió intensa con una dinámica mesa de dramaturgos moderada por ese gran dinamizador que es José Ramón Oliva, de Carbayín Teatru, en la que participaron Carmen Campo directora del Grupo de Teatro Santa Bárbara de Llaranes, Sergio Buelga de la Cía Asturiana de Comedias y Segis Meana, de Chanclos Asgaya.

Denominaciones

Uno de los debates recurrentes de estos ponentes (y de buena parte de las mesas) fue el referido a la denominación de lo que escribían. Oliva manifestaba su orgullo por definirse como autor de teatro costumbrista y Buelga defendía la denominación de Teatro Popular (mucho menos anatemizado que aquel por la crítica) proponiendo incluso la recuperación del término Teatru Asturianu, como también se reconoce históricamente al mismo.

En el encuentro online con representantes del teatro Gallego (Francisco Piñeiro) y Extremeño (Olga Estecha) se demostraron dos cosas: 1º- las conexiones online siguen siendo una tortura y 2º- el Teatru Popular Asturianu es un conjunto de propuestas escénicas único y peculiar en la península. El día concluyó con una aplaudidísima antológica de escenas representadas por los Talleres de Teatru d Adultos de Corvera; Cía Asturiana de Comedias, El Hórreo de Barcia, El Garrapiellu; Carbayín Teatru; La Cruz de Ceares, y Santa Bárbara y Chanclos Asgaya que protagonizó uno de los skets más celebrados de la noche.

El domingo el director del Teatro Prendes, Alain Fernández, coordinó una ilustrativa mesa de responsables de programación en la que estuvieron los gestores culturales de Castrillón, Cangas, Siero y Navia y en la que todos manifestaron su respeto y apoyo por las manifestaciones que se incluyen en el Teatro Popular.

Finalmente, antes de la Lectura del manifiesto del Día Mundial del Teatro, que leyó un emocionado Lluis Antón (Telón de Fondu), Juanjo Tresguerres (El Hórreo) puso el ramu a una animada mesa para hablar sobre el futuro de la escena asturiana en la que pusieron voz y pasión el gran Armando Felgueroso (Cía Asturiana de Comedias), Cristina Palacio (Valdesoto), Carmen Campo (Santa Bárbara), LLuis Antón y José Ramón Oliva... Futuro en la que la práctica totalidad de los presentes confía, futuro que ofrecerá más y mejores montajes que cuidarán de una llingua que les da sentido; que trabajarán más y mejores escenografías... Que se sentirá orgullosa de mantener encendida la luz que alumbró durante siglos la escena asturiana.

Ya a la tarde la Cía Rosario Trabanco estremeció a los espectadores con (Arsenio), una pieza de José Ramón Oliva en la que entremezcla fragmentos de vida y textos del recordado Arsenio González en un biopic que va más allá del homenaje a un grande de la escena asturiana: que respinga y conmueve. Que te hace reír y llorar en un montaje que, junto con Rufa, es de lo mejor que ha dado el teatro asturiano en las últimas temporadas.

Las conclusiones de este encuentro corverano, más allá de las denominaciones, recogen la necesidad de seguir profundizando en ese Teatro Popular y de seguir (social e institucionalmente) apoyando la manifestación cultural asturiana que, a pesar de sus contradicciones, a pesar de sus complejos, a pesar de sus puntuales anacronismos... más se parece a nosotros.